Vidas negras y su viaje con la filosofía Suzuki y sus prácticas
Qué alegría llegar al final de los conciertos, recitales, ensayos o clases y recibir sonrisas, abrazos y palabras amables de alumnos, familias y compañeros, todos por vivir momentos únicos y felices que todos no queríamos que acabaran.

Imagen de Eduardo Kosaka
"¿Se acabó? Hoy ha sido muy rápido".
"Sr. Alexandre, realmente puedo verme en usted."
Son frases típicas que oigo al final de muchas de estas reuniones, antes de la pandemia y ahora en las clases en línea.
Soy Alexandre Pinto, profesor de viola en el programa de instrucción grupal del Instituto Baccarelli (IB), un proyecto que tiene como referencia la filosofía y metodología Suzuki, y como guía la enseñanza de la música a través de las habilidades y la enseñanza prioritaria. Aprendimos estos conceptos con el Entrenador de Profesores SAA Edward Kreitman durante sus eventos de entrenamiento ofrecidos aquí en Brasil.
Además de ser profesor de viola, también soy el director de las Orquestas Infantil y Preparatoria de Heliópolis en este mismo programa. En los últimos cuatro años he sido testigo de grandes transformaciones que involucran a familias enteras como resultado del programa Suzuki implementado por el profesor de violín José Márcio Galvão, coordinador de instrucción grupal en IB.

Imagen de Lucas Freitas
Cuando me invitaron a trabajar en el instituto como profesor y como "director Suzuki", me sentí muy feliz y halagado por la oportunidad de formar parte de una institución tan inspiradora que ha estado transformando y "cambiando la vida de los niños y jóvenes de la comunidad de Heliópolis, a través del desarrollo de un proyecto sociocultural que tiene como misión principal el cambio social a través de la música".[url=#_edn1][1][/url] La semilla de este proyecto surgió del "Maestro Silvio Baccarelli, quien al ver imágenes desastrosas de un incendio masivo en la comunidad de Heliópolis, se conmovió y decidió ayudar de cualquier manera posible"[url=#_edn2][2][/url] Con la música como herramienta de transformación, el instituto ha abrazado a la comunidad, creando nuevos caminos y dando nuevas oportunidades a miles de niños y jóvenes. Muchos de estos jóvenes forman ahora parte de espacios que antes se consideraban impensables, ya sea en las grandes orquestas brasileñas y mundiales, o como ciudadanos valiosos en la sociedad.
¿Cuál era el motivo de mi felicidad? De hecho, había muchas razones, como las que he mencionado antes, aunque inequívocamente, era porque podía relacionarme directamente con las historias de mis alumnos y sus familias, especialmente las que trataban sobre sus problemas raciales y socioeconómicos.
Soy negra, nacida en la pobreza en el centro de São Paulo. A lo largo de mis años de estudiante y de mi carrera profesional, sentí en mi propia piel lo duro y largo que era el camino para alcanzar muchas de mis metas. Sin embargo, no fue hasta la edad adulta cuando comprendí y sentí plenamente cómo los aspectos raciales y étnicos eran -y siguen siendo- uno de los elementos que nos exigen mucha más fuerza, persistencia y lucha, y no tanto a quienes no son negros.
Durante mis años de estudiante de música, no había proyectos sociales ni instituciones abiertas a los principiantes. Sólo conocía organizaciones religiosas que apoyaban la música como actividad de grupo, donde los miembros más mayores enseñaban a los más jóvenes, siendo la música una forma de servir a la comunidad y de dar oportunidades culturales y musicales. Fue entonces, a través de la asociación budista Soka Gakkai, cuando tuve mi primera experiencia con la música y me enamoré inmediatamente. En ese momento decidí que quería ser músico.
Cuando hablaba con algunos de mis amigos de aquella época, muchos de ellos me ridiculizaban argumentando que ser músico -especialmente tocando instrumentos considerados de música clásica como el violín o la viola- estaba destinado a ser una profesión de ricos, y en mi caso, sólo podía funcionar si tocaba cavaquinho o pandeiro, instrumentos utilizados para tocar la samba brasileña. Después de todo, "está en la sangre de los negros". Sin embargo, seguí mi propio camino, con el apoyo de mi madre y de la Soka Gakkai.
Podría aprovechar esta oportunidad para contar aquí cientos de historias de mi vida como estudiante, músico, director de orquesta y profesor de música. En la mayoría de ellas, fui el único o uno de los pocos negros en lugares como la Universidad pública a la que asistí (Unesp) las orquestas juveniles y profesionales de las que formé parte, o en importantes salas de conciertos en las que actué. Ya fuera en el escenario o entre el público, perdí la cuenta de cuántas veces fui objeto de miradas discriminatorias. Pero esta vez me centraré en los hechos generales.
Después de más de 20 años, me doy cuenta de que aún queda mucho por mejorar. El racismo estructural está inculcado en nuestra sociedad. Sin embargo, se han producido algunas acciones concretas, como el papel del Instituto Baccarelli en el centro de la comunidad de Heliópolis. Me reconforta poder cumplir con mi deber como ser humano y tener la oportunidad de contribuir a la transformación de la vida de niños y adolescentes con los que me identifico.
Puedo afirmar que, aunque las clases tengan una estructura de instrucción en grupo, y los padres asistan sólo a reuniones específicas en nuestras aulas, seguimos valorando el Triángulo Suzuki. Con la continua implicación de las familias, los alumnos y los profesores, desarrollamos el trabajo como un equipo que conduce hacia el proceso de aprendizaje. Todo eso se hace en un ambiente que reconoce que "Cada niño puede", cada niño debe ser "Nutrido por el amor" y "El carácter primero, la habilidad después".
A través de un entorno repleto de las ideas mencionadas, me complace poder aplicar todos estos conceptos en mi trabajo con la Orquesta Infantil y Preparatoria de Heliópolis. Nuestro trabajo parte de la elección del repertorio, que se basa en las capacidades adquiridas por el alumno, centrado en la audición de las piezas y su preparación, seguida de la identificación de notas y ritmos, la postura, el tono, la entonación y la musicalidad. Esto sólo es posible porque todos los alumnos que forman parte de las orquestas son también del *Programa Suzuki do Ensino Coletivo* (Programa Suzuki de Enseñanza Colectiva/Grupal), en el cual todos los profesores están registrados en la Asociación Suzuki de las Américas, habiendo recibido su formación de varios Formadores de Profesores.
En nuestro programa, el profesorado forma parte de un entorno que fomenta la colaboración en lugar de la competición. Nuestras experiencias se comparten entre nosotros de manera informal -cuando un colega observa una clase- o en reuniones del claustro.
Es destacable que varios de nuestros profesores y becarios son graduados de las primeras promociones del instituto, y ellos mismos han pasado por muchas dificultades socioeconómicas y raciales. Se han convertido en excelentes profesionales con resultados increíbles. Este es el caso de Marcos Mota, un querido colega y amigo, profesor de violonchelo y entrenador de las orquestas, que ha visto su vida transformada por la música y por la filosofía Suzuki en su vida profesional y como ser humano.
*Nací y crecí en la *favela de Heliópolis,* y tuve mi primer contacto con la música a los 10 años. Al principio seguía a mis amigos de la calle, pero con el tiempo empecé a enamorarme de la música. No podía ni imaginar que a través del violonchelo y viviendo en ese ambiente, llegaría a tener experiencias vitales increíbles, viajando a diferentes países, tocando con artistas de renombre y mucho más.*
*El instituto despertó en mí el deseo de convertirme algún día en profesora. Desde que comprendí más profundamente la filosofía y metodología Suzuki a través de la formación, algo se asentó en mí, especialmente con la frase que nunca ha abandonado mi mente desde el momento en que la escuché por primera vez: 'Cada Niño Puede'. Con eso en mi corazón, decidí que podría compartir mi historia con cada niño y familia e inspirarles a que sí, 'Cada Niño Puede'". ***
*- Marcos Mota, violonchelista, profesor de violonchelo Suzuki y asistente en la Orquesta Infantil y Preparatoria de Heliópolis. *
Resulta fascinante conocer la historia de este maravilloso colega, sobre todo porque sé de su lucha, como joven negro del barrio del centro de la ciudad, por alcanzar nuevas cotas. Es algo con lo que me identifico profundamente.
Hay varias de estas mismas historias de mis colegas, que también tuvieron transformaciones de vida con la música, especialmente después de estar en contacto con la filosofía Suzuki. No podré compartir todas estas historias en este momento, pero compartiré la historia de Nicole Martins, una mujer negra, violista y asistente de enseñanza en la orquesta infantil y preparatoria Heliopolis que ha estado haciendo un trabajo increíble alineado con la pedagogía Suzuki:
"Como estudiante y violista de la Sinfónica de Heliópolis, tuve mi primera experiencia con la filosofía Suzuki, a través de las formaciones Suzuki ofrecidas por el instituto con la profesora formadora Shinobu Saito.**
*En aquel momento, acepté la formación porque me interesa aprender y aprovechar nuevas oportunidades. Tengo que confesar que no era mi intención convertirme en profesora, ya que siempre fui consciente de las responsabilidades que ello conllevaría. Después de hacer el curso de *Filosofía *, tuve una nueva perspectiva. ***
Cuando inicialmente apliqué la filosofía a mi propia vida, ya fuera en mis estudios y práctica, o en mi forma de ver el mundo, de ver a la gente, reconociendo que "Todo niño puede" dentro de la Educación del Talento, me interesé por la posibilidad de enseñar. Hoy tengo la oportunidad de aplicarlo en la práctica, en la ayudantía y las clases en las Orquestas Infantiles y Juveniles de Heliópolis, mucho de la filosofía.
*"Con la filosofía pude conocerme mejor a mí misma. La vivo a diario y sé que me acompañará toda la vida". *
*- Nicole Martins, estudiante y violista de la Sinfónica de Heliópolis y becaria de las Orquestas Infantil y Preparatoria de Heliópolis.
Agradezco la oportunidad de compartir un poco de este viaje, el mío y el de mis colegas, que como yo, caminan orgullosos con el corazón contento, esperanzados por un mundo más justo, pacífico y feliz.
Por último, aunque suene a tópico, a medida que he ido avanzando en este viaje, a pesar de la falta de equidad y del racismo estructural, sigo triunfando y dando lo mejor de mí. Todas las vidas me importan, pero rujo con fuerza-.sí, ¡las vidas negras importan!
Con agradecimiento.
[url=#_ednref1][1][/url]. [url=https://www.bsocial.com.br/causa/instituto-baccarelli]https://www.bsocial.com.br/causa/instituto-baccarelli[/url]
[url=#_ednref2][2][/url]. [url=https://www.bsocial.com.br/causa/instituto-baccarelli]https://www.bsocial.com.br/causa/instituto-baccarelli[/url]
VIDAS NEGRAS Y SUS TRAGEDIAS CON LA FILOSOFÍA SUZUKI EN SUS PRÁCTICAS
Que alegria poder chegar ao final de um Concerto, Recital, ensaios, ou aulas e poder receber sorrisos, abraços e palavras calorosas de alunos, alunas, famílias e colegas por ter vivido aquele momento feliz e único que não gostaríamos que acabasse tão cedo.
*"Mas já acabou professor? Foi tão rápido hoje!" *
"Profesor, me identifico mucho con el señor."
Se trata de frases típicas que se escuchan al final de muchos de los encuentros antes de la pandemia y ahora en los foros en línea.
Soy Alexandre Pinto, profesor de viola del programa de aulas colectivas del Instituto Baccarelli (IB), proyecto que tiene la Filosofía y la Metodología Suzuki como norte, y el Aprendizaje por Habilidades y las Prioridades del Aprendizaje de la música como guías. Aprende estos conceptos con el profesor Edward Kreitman en sus cursos de formación que se imparten aquí en Brasil.
Además, soy regente de las Orquestas Heliópolis Infantil y Preparatoria que forman parte del mismo Programa del Instituto. A lo largo de los últimos 4 años he vivido grandes transformaciones involucrando a familias enteras, resultados del Programa Suzuki implementado por el profesor José Márcio Galvão, coordinador del programa de aulas colectivas del IB.
Quando fui convidado a trabalhar no Instituto como professor e "regente Suzuki", me senti feliz e lisonjeado pela oportunidade de fazer parte de uma Instituição inspiradora. Inclusive, por su historia de transformación "vem modificando a vida de crianças e jovens da comunidade de Heliópolis, a partir do desenvolvimento de um projeto sociocultural que tem como missão principal a transformação social por meio da música"
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A parte de todo esto, parte del "maestro Silvio Baccarelli que, al ver las imágenes de los estragos causados por un incendio de grandes proporciones en Heliópolis, se sensibilizó y decidió que debía ayudar de alguna forma".
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Así, con la música como instrumento de transformación, el Instituto ha abierto nuevos caminos a la comunidad y ha brindado oportunidades a miles de niños y jóvenes. Muchos de estos jóvenes ocupan espacios considerados impensables, ya sea en el ámbito de la música en las grandes orquestas de Brasil y del mundo, ya sea como valiosos ciudadanos y ciudadanos de la sociedad.
¿Por qué mi alegría? Hay muchos motivos como los que cito a continuación. No dudo en identificar y recordar las historias de muchos niños y niñas y sus familias en relación con sus condiciones sociales, económicas y raciales.
Sou negro nascido na periferia de São Paulo em condições de pobreza. A lo largo de mi trayectoria como estudiante y profesional "sentía a flor de piel" lo difícil y largo que era el camino para alcanzar muchos de mis objetivos. Pero, confieso que fue en la vida adulta cuando comprendí y sentí que la cuestión racial y étnica era -y sigue siendo- un elemento que me exige mucho más esfuerzo, persistencia y lucha que a los que no son negros.
En mi época de estudiante de música, no había proyectos sociales ni instituciones abiertas para los principiantes. Sólo conocía algunas organizaciones religiosas que fomentaban la práctica musical colectiva, en las que los más "veteranos" ayudaban a los novatos a atender a su comunidad u ofrecían acceso a la cultura musical. Fue a través de la Asociación Budista de la Soka Gakkai que tuve mi primer contacto con la música y me sentí atraído. Decidí que sería músico.
Quando falava com alguns amigos, muitos me ridicularizavam dizendo que músico, principalmente de instrumentos considerados "de música clássica" como violino e viola, era profissão para ricos, e no meu caso, só poderia dar certo se fosse aprender cavaquinho ou pandeiro. Afinal "tá no sangue do negro". Contudo, segui meu caminho com apoio especial da minha mãe e da Soka Gakkai.
Podría contar aquí las centenares de historias vividas en mi camino como estudiante, músico, regente y profesor de música. En ellos yo era generalmente el único o uno de los pocos negros en muchos espacios, como en la Universidad Pública - Unesp - donde estudiaba, en las Orquestas Juveniles y Profesionales donde actuaba, en las grandes salas de conciertos donde tocaba. Ya sea en el palco o en público, me doy cuenta de que muchas veces me han discriminado.... Mas dessa vez ficarei só nos fatos gerais.
Después de más de 20 años, observo que todavía hay mucho que mejorar. El racismo es estructural y está presente en nuestra sociedad. Sin embargo, se están produciendo algunas situaciones concretas, como la creación del Instituto Baccarelli en el seno de la comunidad de Heliópolis. Ter a oportunidade de contribuir com a história de transformação de vida das crianças e adolescentes com as quais me identifico me traz alento por poder cumprir minha missão como ser humano.
Posso afirmar que, mesmo as aulas serem coletivas e de termos as mães, pais ou responsáveis apenas em encontros pontuais em nossas salas de aula, valorizamos a importância do "Triangulo Suzuki". Por eso, con la participación de la familia, del alumno o alumna y de los profesores en el proceso de enseñanza, creamos un trabajo en equipo para este camino de aprendizaje. Todo ello en un ambiente que valora y reconoce que "Toda criatura es capaz", que "Educación es amor" y que "Carácter primero, habilidad después".
Dentro del ambiente y las ideas citadas anteriormente, tengo la alegría de poder aplicar en vivo estos conceptos en las clases con las Orquestas Infantil y Preparatoria Heliópolis. Nuestro trabajo va desde la elección del repertorio con base en las habilidades ya adquiridas, la importancia de la escucha de las piezas y la preparación previa de las mismas, siguiendo el proceso de reconocimiento de las notas y ritmos, postura, sonoridad, afinación y musicalidad. Es así porque todos y cada uno de los alumnos de estas orquestas forman parte del Programa Suzuki de enseñanza colectiva de cuerdas en el cual sus profesores están certificados por la Asociación Suzuki de las Américas (SAA), recibiendo entrenamiento con varios Profesores Capacitadores.
Además, el equipo de profesores Suzuki del programa trabaja en un "ambiente de colaboración, no de competición". Las experiencias se comparten, ya sea de manera informal -cuando un compañero asiste al aula de otro-, o en reuniones de equipo.
É incrível que muitos dos professores e monitores da equipe, são oriundos das primeiras turmas de alunos e alunas do instituto, que também passaram por inúmeros desafios sócio econômicos e raciais. Ahora son excelentes profesionales, con resultados maravillosos. Es el caso de Marcos Mota, querido colega, amigo, profesor de violonchelo y monitor de las Orquestas, que ha visto su vida impactada por la música y por la Filosofía Suzuki en su práctica profesional y como ser humano:
*"Nacido y criado en la favela Heliópolis, tuve mi primer contacto con la música a los 10 años de edad. Al principio era porque mis colegas de la calle estaban allí, pero con el tiempo me fui aficionando a la música. Por medio del violonchelo, me imaginaba que, viviendo en ese ambiente, tendría grandes experiencias de vida conociendo otros países del mundo, tocando con artistas de renombre y mucho más. *
Foi o instituto que despertou dentro de mim o desejo de um dia me tornar professor, e ao conhecer a filosofia e metodologia por meio dos cursos e treinamento, algo se firmou em mim, especialmente com a frase que não sai da minha cabeça desde o momento que ouvi, "Toda Criança é Capaz". Con esto en mi corazón, decidí que podía compartir mi historia con cada niño y su familia, y sensibilizar mostrando que sí, "Toda niña es capaz".
Marcos Mota, violonchelista profesor Suzuki y monitor das Orquestras Heliópolis Infantil e Preparatória
Es realmente maravillosa la historia de este noble colega. Pois também sei das suas lutas como jovem negro da periferia, para alçar grandes voos. Algo que también me identifica mucho.
Hay innumerables historias de compañeros que trabajan juntos, que tuvieron grandes transformaciones con la música, pero sobre todo a partir del contacto con la Filosofía Suzuki. No puedo compartirlas todas, pero no puedo dejar de compartir el relato de la profesora Nicole Martins. Mujer negra, violista, y también monitora de las Orquestas Heliópolis Infantil y Preparatoria, realiza un trabajo incríble vinculado a la pedagogía Suzuki:
"Como alumna y violista de la Sinfónica Heliópolis, tuve mi primer contacto con la filosofía Suzuki, gracias a la oportunidad que me brindó el instituto de estudiar los cursos Suzuki con la profesora Shinobu Saito.
Esto se debe a que soy una persona a la que le gusta aprender y aprovechar las oportunidades. Confieso que no era mi intención convertirme en profesora, porque no tenía ni idea de la responsabilidad que esto representa. Pero al hacer el curso de filosofía Suzuki, se abrió un nuevo horizonte.
Aplicando a filosofia inicialmente com mesma, seja em meus estudos, na maneira de ver o mundo, de enxergar o outro, reconhecendo que "Todos são Capazes" dentro da "educação do talento", passei a me interessar pela possibilidade de dar aulas e hoje tenho a oportunidade de aplicar na prática muita da filosofia, na monitoria [e na] aula que faço nas Orquestras Heliópolis Infantil e Preparatória.
Con la filosofía pasé a conocerme mejor. Vivo isso em meu cotidiano e acredito que será para a vida inteira."
Nicole Martins, aluna e violista da Sinfônica Heliópolis e Monitora das Orquestras Heliópolis Infantil e Preparatória
Agradezco la oportunidad de compartir un poco de esta jornada, ya sea mía o de mis colegas, que como nosotros estamos caminando con el corazón contento, de cabeza erguida y expectantes por un mundo cada vez más igualitario, pacífico y feliz.
Por último, tal vez sea un poco tópico, pero en este camino, incluso con la falta de equidad y el racismo estructural, sigo adelante y ofreciendo lo mejor de mí. ¡Me importan todas las vidas, pero brado bem alto - VIDAS NEGRAS IMPORTAM SIM!
¡GRATIDÃO!
Alexandre Pinto
[url=#_ftnref1][1][/url] [url=https://www.bsocial.com.br/causa/instituto-baccarelli]https://www.bsocial.com.br/causa/instituto-baccarelli[/url]
[url=#_ftnref2][2][/url] [url=https://www.bsocial.com.br/causa/instituto-baccarelli]https://www.bsocial.com.br/causa/instituto-baccarelli[/url]
Bibliografía
La educación es amorShinichi Suzuki