Hola, mi nombre es Brittany Gardner y soy profesora de cello en Salt Lake City. Me emociona participar en Parents as Partners (Padres como compañeros) y espero que lo que hoy tengo que decir les sea útil.  

He pasado tiempo en todas las esquinas del Triángulo Suzuki. Primero fui estudiante y luego he sido profesora durante 15 años. También soy madre Suzuki desde hace cuatro años y puedo decirles que aunque mi tiempo en la esquina de los padres no ha sido mucho, mi crecimiento desde ese punto de vista ha sido increíble. Quiero compartir con ustedes algunas de mis ideas, primero como profesora y luego como madre, y que han sido útiles en el trabajo con mis hijos. 

Antes de hablar sobre algunos puntos específicos, quiero señalar una diferencia crucial que encontré entre la perspectiva de la profesora y la del padre de familia. Se trata de que cuando un estudiante viene a su clase, entra al estudio y todo lo que yo veo es una posibilidad. No conozco toda su historia, no sé cuáles son los problemas en su vida o los retos que puede estar enfrentando, ni sé cuáles son sus limitaciones. Todo lo que veo es hacia dónde podemos ir, cómo podemos crecer, cuáles metas podemos alcanzar juntos. Es un privilegio maravilloso como profesora ver el potencial de un niño frente a mí. 

Por otro lado, como madre, ya ustedes conocen la historia. Saben qué está pasando en la vida de su hijo, cuáles son sus dificultades, cuáles luchas han superado, lo que consideran sus limitaciones. A veces eso puede resultar en un ambiente pesado y resultar algo desmotivador. Les comento conocer toda la historia de sus hijos solo sirve para que sus triunfos y éxitos sean aún más hermosos. Ustedes los comprenden porque conocen el trayecto requerido para llegar hasta ahí. Hay que reconocer como un privilegio el hecho de estar sentados en la esquina de los padres de familia en el triángulo y ver evolucionar la historia completa de sus hijos. 

Hoy quiero compartir con ustedes algunas ideas específicas que primero aprendí como profesora y que ahora trato de implementar a diario en mi propia vida como mamá. 

  • La primera es lo importante de creer en las capacidades de nuestros hijos y dejar que esta creencia motive nuestros actos, nuestras emociones y nuestro lenguaje conforme trabajamos con nuestros hijos. Si no alcanzamos ciertas metas o no logramos ciertos hitos en un período determinado, solo significa que aún estamos de camino y no que no sea posible. Podría citar un estudio científico tras otro sobre el poder del pensamiento y el lenguaje positivos, pero no necesito hacerlo y ustedes tampoco. Ya saben por su propia experiencia que el positivismo favorece el crecimiento y la felicidad. Usen eso mientras trabajan con sus hijos. Crean en ellos y ellos llegarán a creer en sí mismos. 

  • El segundo punto que creo es tan importante para nosotros como padres de familia, es trabajar como compañeros con nuestra profesora: hablar con ellos y sobre ellos con respeto, concluir las tareas que nos asignen, asistir a los eventos que con tanto cuidado organizan para sus estudios y reconocer que las tareas asignadas y las actividades programadas buscan lo mejor para sus hijos. Acudan a su maestro cuando surjan preguntas o preocupaciones. Si sienten que el maestro debería saber alguna parte de la vida de su hijo ya que le permitiría comprender mejor las motivaciones del niño o cuáles son sus necesidades, hágaselo saber y trabaje como un compañero activo con él en la educación de su hijo y en el amor por ellos. 

  • El tercer punto que espero que como padres recordemos, es que todo lo que elegimos tiene consecuencias. Bueno, estoy segura de que probablemente han tenido esta discusión muchas veces con sus propios hijos. Nos pasa a todos. “Si te vas a dormir tarde, vas a estar cansado. Si solo comes comida chatarra, no vas a crecer y estar saludable, o te va a doler el estómago”. Es importante que como padres de familia nos demos cuenta de que lo que elegimos tiene consecuencias. Si elegimos enojarnos durante una práctica, no va a ser una buena experiencia y nuestro hijo estará reticente de volver a trabajar con nosotros. Si no logramos completar las tareas que nuestra maestra nos ha dado, nuestro hijo no crecerá de la forma en que de otra forma lo habría hecho. Está bien si usted elige involucrar a su hijo en actividades variadas y no sólo música. Pero la trayectoria de crecimiento de su hijo será diferente a la de otro niño que elija enfocarse en una sola actividad. Esto no tiene nada de malo, pero es importante que como papás seamos responsables por nuestras elecciones y no nos molestemos cuando nuestros resultados sean distintos a los de alguien más que ha hecho elecciones diferentes. 

  • El cuarto punto que quiero que recordemos es la importancia de darle a nuestros hijos un grupo de pares. Cuando tenía diez años, asistía al Suzuki Institute en Salt Lake City, Utah, y me ubicaron al azar con otras tres chicas en un grupo de cámara. Fue magia. Nos hicimos mejores amigas de inmediato y conservamos la amistad hasta la secundaria. Hasta la fecha como adultas, estas mujeres aún son mis queridas amigas. Vivimos en rincones diferentes del país, pero eso no importa. Estamos conectadas a través de nuestro amor por la música y de nuestras experiencias compartidas. Mi amistad con ellas es lo que me ayudó a seguir adelante durante esos años de adolescencia cuando sentía que mi vida eran tan ocupada y tan dramática y llena de tantas opciones que podían cambiarme la vida que podía llegar a ser sobrecogedor. Sabía que si abandonaba mis estudios de música también abandonaría mi amistad y asociación con estas damas y eso no era algo que estaba dispuesta a hacer. Estoy tan agradecida por su amistad porque me ayudó a seguir durante esos años complejos. Lo maravilloso de un grupo de pares para sus hijos es que también crea un grupo de pares para ustedes. Mientras asisten a estas actividades con sus hijos, conocerán a los otros padres de familia que también van y que tienen metas y luchas similares. Estos padres pueden servir de inspiración, para consejos sabios, de motivación y también como amigos. Esa es una bendición maravillosa que puede resultar del grupo de pares que ustedes les den a sus hijos. 

  • El quinto punto que espero que siempre recordemos como padres es que la mejor práctica es la práctica consistente. Es como usar hilo dental o comer vegetales, simplemente hay que hacerlo todos los días y no hay forma de evitarlo. Alguien que está en crecimiento, que está tocando hermoso, que está sobresaliendo, es alguien que practica consistentemente. Todo el tiempo le digo a mis estudiantes en el estudio, “la repetición no tiene sustitución”. Si quiere ser bueno en algo, hay que hacerlo. No hay cómo evitarlo y esto también lo he visto como madre. Solo establecemos nuestras horas de práctica; ahí es cuando practicamos, es cuando lo hacemos y lo hacemos todos los días. No siempre es fácil sacar ese tiempo para practicar entre un ajetreado horario familiar, pero es mucho más fácil hacerlo todos los días que intentar empezar de nuevo después de un descanso. ¡Lo prometo! Con mi hija mayor partimos su práctica en tres compartimentos. Tiene tarjetas verdes que hace antes de ir a la escuela; tarjetas rosadas que hace después de clases y luego tarjetas amarillas que hace sola. Las tarjetas verdes y rosadas se hacen con un padre de familia. Las tarjetas amarillas son para que las haga sola, de tal forma que fomenta cierta independencia y le ayuda a ser responsable de su propio crecimiento y su propia práctica.  

  • El sexto punto que espero no olvidemos como padres de familia es que es crucial recordar mantener la experiencia de nuestro hijo en mente. Ustedes y yo somos adultos y tenemos horarios y otras obligaciones, y a veces podemos dejar que nuestras propias agendas y especialmente nuestros propios horarios interfieran en el amor que podríamos experimentar conforme trabajamos con un niño. Fíjense metas con sus hijos en mente. Celebren los éxitos de sus hijos y recuerden que un niño aprende al hacer, aprende al intentar, aprende al equivocarse, aprende al imaginar y hacer cosas creativas y algunas veces algo disparatadas. Durante la práctica de hoy, mi hija cellista quería tocar su canción de cuna a su muñeco. Hubiera preferido que nada más tocara la pieza y continuara con su práctica, pero me levanté, fui a su habitación y traje al bebé  al cuarto de práctica. Tocó la canción de cuna más hermosa que jamás he escuchado. Esa era su experiencia y fue importante que yo lo recordara. 

  • El sétimo punto que espero recordemos es que la práctica busca producir crecimiento y el crecimiento surge de la lucha. Si está luchando, solo significa que está creciendo. No quiere decir que siempre será difícil todo el tiempo, solo que ahora mismo se está dando un crecimiento. Cuando le ayudas a tu hijo a crecer, siempre estás en el límite de lo que está dominado vs. aquello que es una habilidad nueva. Recuerda que no debes preocuparte, debes confiar en el proceso de crecimiento. Si eres consistente, si eres paciente y si estás intentando, entonces tú y tu hijo tendrán éxito. Mi violinista empezó con tres años y al principio de nuestra experiencia tuvimos muchos berrinches. No me refiero solo a ella. Fue difícil empezar, pero cuatro años más tarde, el otro día en la práctica me dijo, “Mami, amo tocar el violín”. Eso no pasó el primer día y no pasa todos los días. Sí ocurre porque fuimos consistentes e intentamos. 

  • El octavo punto que espero recordemos como padres de familia, es la importancia de adaptarse. Las verdades que seguimos y que usamos conforme tratamos de enseñarle a nuestros hijos, como “Educando con amor”, “Cuidando al niño como un todo”, no cambiarán, pero la forma en que los implementamos para nuestros hijos sí cambiará. No practicarán de la misma forma hoy en que practicarán el próximo año, porque tu hijo habrá crecido y tú también habrás crecido. Cambiarás de estar 100% involucrada con la práctica, a estar menos involucrada conforme tu hijo gane madurez, habilidad e independencia. Las cosas cambiarán, pero las verdades no. Porque sabes toda la historia de vida de tu hijo, tú eres la más indicada para saber cómo adaptarlos. 

La magia del método Suzuki es que se enfoca en el crecimiento de todo niño y el desarrollo de su corazón. Les prometo que conforme sigan estos principios como padres de familia y críen a sus hijos con amor, consistencia, paciencia y bondad, sus corazones también crecerán. 

Traducizo por Maria Cerdas